RECETAS

RECETAS
GALLO GALLINA Y GOLONDRINA

miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

                                                    
                                                   
                                                   
Mateo tiene un par de meses y ya es bilingüe.- Nació lejos, en América.- Yo he visto sus fotos y es un niño guapo con carita de listo y un nombre español, rotundo y hermoso.- A mi de niño me regalaban ropa crecedera para que no se me quedara chica y yo a Mateo le voy a dedicar estos cuantos para que le valgan cuando crezca.


******************************************************


LAS HOJAS DEL PLATANO

    Teresa la profesora de inglés nos dijo hace unos días: Tenéis que hacer un trabajo sobre la Navidad; pero quedarnos en casa para buscar el Espíritu de la Navidad en día tan esplendido nos pareció aburrido, así que pensamos que el trabajo  podía esperar  y nos fuimos a la montaña a hacer y ver cosas.- Si el espiritu de la Navidad  se nos aparecía ya veríamos la manera de atraparlo.
   Algunos pueblos de la montaña son extraordinarios.- Llegamos a Biar sobre las once y aparcamos frente a la pequeña fábrica de turrones Solmar, toda una tentación, pero de momento no caímos en ella.
   Fuimos a dar un paseo sin rumbo y de pronto por una estrecha calle aparecieron un grupo de niños con los babis de rayas azules del colegio seguidos de sus madres y profesoras.- Caminaban llevando cada pareja un gran capazo de esparto.- Eran tan pequeños que caminaban con dificultad; muy serios; poniendo toda su atención en no caerse al bajar de la acera a la calzada.- ¡Era sorprendente!
   Entonces preguntamos a una profesora: ¿Donde van estos mozos?
   Van al Parque del Plátano para recoger las hojas caídas y decorar la escuela para la Navidad.- Este parque de Biar es muy hermoso y los mas singular es el grandísimo plátano ingles que lo domina, el más grande del mundo, con sus ramas dando sombra a una bonita fuente y a unos bancos de madera para los abuelos
   Los niños, muy concentrados en seguir los consejos de sus maestras llegaron finalmente al parque, pero en el suelo no había una sola hoja que recoger, el camión de la basura salía de allí con un gran ruido de motor y cargado de hojas hasta el borde.
    Los niños miraron al gran árbol desconsolados y después a sus maestras que se habían quedado sin palabras.- Se hizo un silencia tristísimo, y cuando ya se disponían a volver al colegio con las lágrimas a punto de brotar ocurrió algo asombroso: Las campanas de la iglesia comenzaron a repicar alegremente y una brisa que venía de la montaña soplo y sopló y las hojas del plátano cayeron lentamente.
   Los chiquillos comenzaron a recoger hojas  corriendo como ratoncillos y piando como gorriones.
  ¡Sin duda, allí estaba el Espíritu de la Navidad volando entre las ramas!




PLASTICFORTE


   Después de lo de Biar llegamos a Bañeres a comprar las macetas.-La fábrica era difícil de encontrar.- Una rotonda, otra rotonda, y a la tercera a la derecha.-Solamente estaba indicada con un pequeño cartel azul: Plasticforte, como si allí apenas hubiera nada.

   Llamamos y nos abren la gran puerta azul y por el telefonillo nos dicen que bajemos por la rampa hasta la nave del fondo. En la rampa un hombre muy mayor y algo descuidado, en una moderna silla de ruedas eléctrica descendía también hacia la nave. Iba bien abrigado y con un perrillo rubio en el regazo mientras otro perro saltarín corría contento alrededor de la silla.- Pensé que sería un familiar de alguien que trabajara allí.
Ya en la nave y tras sortear una multitud de contenedores con plásticos me atendió en la oficina la amable joven del telefonillo y me dijo que me iban a preparar la factura.- Las macetas estaban ya en el muelle de carga.
   Al poco, sorteando contenedores, llego el abuelo motorizado con sus perrillos y uno de los empleados le recibió saludándolo.- Evidentemente le conocía.
¿Qué? Señor Ramón. ¡Otro año por aquí! Y le entrego un paquetillo envuelto en papel navideño brillante al tiempo que de una tira verde cortaba lo que resultaron ser dos participaciones de la lotería de navidad.
   El abuelo dejo el paquete junto al perrillo que seguía en sus brazos y muy despacio saco su cartera del bolsillo interior de la chaqueta para guardar la lotería, al tiempo que hacia una seña al dependiente para que se acercara y  en voz apenas audible le dijo: Quiero uno para mí.-

¿Un decimo? Pregunto el dependiente. Y el abuelo asintió con una sonrisa de picardía y los ojos bien brillantes.

   El dependiente busco el billete de la lotería, lo puso en la cartera, cogió el dinero, y después con sumo cuidado volvió a ponerla en el bolsillo interior de la chaqueta.
   El abuelo, con el espíritu de la navidad sonriendo en su rostro se fue conduciendo su silla por entre los contenedores y alguien me susurro al oído que no podía irme de allí sin comprar un billete.-
   Al entregármelo el dependiente me indico con un gesto de cabeza al abuelo y dijo contento: - Cada año baja y sube los tres kilómetros de cuesta desde el pueblo - Podríamos llevársela a casa, pero a él le gusta venir. ¡Ay! ¡La Navidad!
   Al marcharme, en la puerta de la nave, con los perrillos jaleando a su alrededor, el abuelo dormitaba al sol tan tranquilo.-
   Sin duda por allí, entre los plásticos, se movía el espíritu de la navidad.


lunes, 19 de diciembre de 2011


ENDIVIAS GRATINADAS QUE ME CHIFLAN.

   Las recetas  te pueden llegar de cualquier manera.-Una tarde escuchado una entrevista a Simone Ortega, la mujer que nos hizo salir del subdesarrollo gastronómico hace años, cuando empezamos a salir de pobres dijo que ella y su marido la Nochebuena la celebraban tomando estas endivias gratinadas.  
Es un plato  muy sencillo  y ligero que yo repito mucho y que seguramente volveré a preparar esta Nochebuena.
Conviene no lavar las endivias porque amargaran mas.- Se limpian simplemente con un trapo húmedo.
Para 4 personas.
Ingredientes
    6 endivias grandes
    Un buen trozo de queso manchego tipo Flor de Esgueva
    Un trocito de mantequilla.
    Aceite sal y pimienta
    Opcional: unas rodajitas de un tomate pequeño para decorar.
Como se hacen.
   1º Se pone una olla amplia con agua y sal al fuego y cuando comience a hervir se añaden las endivias dejándolas cocer a fuego medio entre 18 a 20 mn según el tamaño. Cuando estén se sacan a un escurridor.
   2º  De una en una se van poniendo en la tabla y con ayuda de cuchillo y tenedor se cortaran a lo largo en lonchas un centímetro.
   3º Se pone un chorrito de aceite, solo para mojar un poco en una fuente para el horno y se van colocando allí las lonchas de endivia procurando tapara todos los huecos de forma que quede una capa  no muy gruesa como mucho de dos centímetros.
   4º Se le pone por encima otro chorrito de aceite y un poco de pimienta negra recién molida. Después  el queso rallado d en cantidad suficiente para cubrirlo todo y finalmente unas perlas de mantequilla para gratinar.  Se Pone a gratinar  y cuando esté todo bien doradito se sirven.
   Opcional.- A mí me gusta ponerle dos o tres rodajitas muy finas de tomate encima del queso antes de meterlas a gratinar que les pone el punto de color.